Carboneras en Vilaflor 2010



El fin de semana del 22 y 23 de mayo tuvimos de nuevo carboneras tradicionales en El Salguero, Vilaflor. A las 10 de la mañana del sábado los maestros carboneros empezaron el montaje enseñando a un grupo de participantes cómo se producía el carbón en los tiempos en que había que hacer de todo para conseguir el sustento familiar.

Por la tarde, a partir de las 21h., comenzó la "noche mágica de las carboneras", con actividades que nos permitieron disfrutar lúdicamente de la vigilia en la que había que cuidar que la carbonera ni se apagase ni se quemara...Contamos, como otros años, con los cuentos de Kike Savoie, el paseo por la ruta de las estrellas con Juan Vicente Ledesma, y finalmente un divertido taller de risa en el albergue de El Salguero.

El domingo 23 se abrió la carbonera, y pudimos comprobar que las ramas se habían convertido en carbón, en otros tiempos tan necesario para matar el frío, o para poder cocinar en las casas... Y como culminación de la actividad, que se desarrolló paralelamente a la VI Muestra Gastronómica de la Papa que organiza todos los años el Ayuntamiento de Vilaflor, esa mañana los compañeros y amigos Jonay Escuela y David Moraga coordinaron dos talleres, uno de elaboración de queso y productos lácteos, y otro de mermeladas. A partir de las 13h., bajo la coordinación de Juan Carlos González, los restaurantes de Vilaflor nos dieron a conocer y degustar una excelente muestra de sus mejores platos, incluyendo todos ellos la papa elaborada de múltiples maneras.

Todas estas actividades fueron organizadas por el Ayuntamiento de Vilaflor de Chasna, con la colaboración, entre otros, del Cabildo I. de Tenerife, el Plan de Gastronomía y Turismo de Tenerife. Esta ha sido, una vez más, una invitación sincera de un pueblo sencillo, hermoso y limpio, como su aire y el espíritu de sus gentes.



Una reflexión

El domingo, a media mañana, abriremos la carbonera en El Salguero, y Vilaflor volverá a ver las banderas grises cual fantásticos conos veloces girando en el aire. Son las mismas fogueras de las que hablaban los abuelos, las que ayudaban a matar el hambre. Ya no hay apuros por salir a la estampida, dejando atrás los cacharros del café y la vieja manta de listas, dejando atrás el alma, cuando los guardas nos pisoteaban la dignidad de ser pobres. Es la misma dignidad que vino del Portugal antiguo. A saber de dónde vinieron los primeros pobres hacedores de fogueras, si del Algarve, si de los montes mágicos de la Galicia celta; si vinieron de los valles de Leizarán. El misterio del humo de las carboneras se hace aroma mestizo de pobres de a saber que tiempo y que montes.




Juan Antonio Jorge Peraza, en Vilaflor, a 23-V-2010