Navidad 2011

Hola Juveniles, amigos, amigas, gente cercana a la que cuento, como fieles confidentes, lo que pienso, lo que hago, que hago sólo por el espacio donde me ha tocado bregar, esta isla maravillosa, Tenerife, múltiple y mágica, diferente y al fin y al cabo también por este globo multicolor, cada vez más pequeño, que nos acoge.

Me anticipo al saludo navideño porque llegado a él sólo acontece desear buenos tiempos, prosperidad e ilusiones que a veces sólo son actitudes convencionales que sirven para rellenar cualquier compromiso, compromiso que no asumo porque quizá lo convencional se me antoja lejano al corazón.

Me anticipo porque sé que hay muchas personas que ven esta Navidad con tristeza, sin ilusión, sentimos que nos han robado algo y no es justo. Sólo nos han robado una forma de vivir que no era verdaderamente nuestra, que sirvió para enriquecer a unos pocos, una situación que deriva de la naturaleza humana, la de una élite que domina y la del resto que padece. No es justo y el día a día se hace difícil, la incertidumbre tensa los nervios y te olvidas del encanto de besar a tus hijos, lo más importante, lo más maravilloso que nos habrá dado la vida. Este tiempo nos quita la sonrisa que siempre será ese encuentro simple y universal entre todos los seres humanos. Por eso me anticipo a los saludos navideños convencionales, porque pienso que quizá ahora podamos recuperar lo que perdimos, la esencia de las cosas, el espíritu inigualable de la familia o de la amistad, la vecindad, la solidaridad sincera.

Quizá es hora de mirar qué le falta a quien más cerca tengamos y seguro que tendremos algo que compartir. Ya no importan los grandes regalos, las sorpresas que cada año aumentan porque si no fuera así dejarían de tener consistencia. Sólo importa vivir, llegar hasta la próxima llamada de la subsistencia. Esa es la situación de muchísimas personas cercanas, vecinas, con las que hemos compartido el saludo y la soledad, creo que ha llegado el momento de compartir el compromiso. Creo que hay que tirar de los vínculos que nos unen para intentar hacer más agradable la vida de quienes nos rodean.

En este nuevo rumbo sí hay verdaderos motivos para acercarse, nada convencionales, sólo básicos, sólo simples motivos que hablan de desconsuelo, de incertidumbre, de lo que tuve y no tengo, de lo que puedo dar. No sabemos a dónde nos llevará este modelo de sociedad donde ha primado la economía en las relaciones, donde ha prevalecido la ostentación para decir lo que soy. Quizá haya que volver a definir a las personas por cómo piensan, cómo sienten, cómo actúan.

Esta Navidad es diferente, no porque las mesas vayan a estar más vacías, sino porque las cualidades más hermosas de las gentes han de llenar todos los huecos, porque la generosidad ha de ser el mejor deseo para el nuevo año, porque el cariño ha de ser el mejor regalo, como lo ha sido siempre, aunque hayamos enseñado a nuestros niños y niñas a medir el tamaño de nuestro corazón según haya sido el de la cartera. No perdamos la ilusión del villancico, con Dios o sin él, sólo con el agasajo que propicia el encuentro con la vecindad, con la excusa de regalar alegría a quien cree no necesitarla y a quienes, a falta de otra cosa, seguro que la felicidad la encuentra en lo más sencillo, porque los espíritus grandes se hacen de actitudes, no de oropeles ni de lujos que la eternidad no reconoce.

Un abrazo, como siempre, y un por favor con el compromiso, con la vida que nos han regalado y con los seres donde nos podemos mirar, a los que siempre seremos básicamente iguales.

En Guía de Isora, diciembre de 2011

Juan Antonio Jorge Peraza

7ª edición de "Al Paso de la Cumbre"




Actividad de rescate etnográfico que muestra cómo se circulaba por los caminos y senderos de Canarias hasta mediados del siglo XX. Se realiza con más de cincuenta personajes que muestran distintos oficios y actividades actualmente en desuso. Para ello se incorporan enseres, aperos de labranza, animales de carga, ataviados con la ropa habitual en la época representada. Se realizan tres escenificaciones iguales el mismo día, cada una en tres municipios diferentes. Al finalizar la última escenificación, en el Mercadillo del Agricultor de Santiago del Teide se representa el Trueque, que supone el intercambio de mercancías sin mediación de dinero, algo habitual en esa época.



Volvemos a pasar la cumbre

Con esta actividad de rescate etnográfico podemos ver cómo nuestras generaciones pasadas dibujaron su red de senderos en el territorio, buscando la forma de vivir y desarrollarse en un entorno a veces difícil. El vulcanismo reciente, las sequías, son múltiples las características de estas islas que han condicionado a sus habitantes, por lo que se ha ido conformando un carácter emprendedor, austero y a la vez receptivo y amable.

Un exponente de ese trasiego de personas, animales, aperos de labranza, relaciones comerciales sin mediación de dinero, la vinculación a los ciclos agrícolas, ganaderos, apícolas, pesqueros, etc, tiene lugar cada año, desde hace siete, en los Municipios de Garachico, El Tanque y Santiago del Teide.

Hemos pasado la Cumbre un año más, con el mismo entusiasmo y respeto por las personas, animales, por el espacio físico, por los sentimientos, de quienes la han pasado durante siglos. En cada época de una manera, en diferentes condiciones, pero siempre con la inquietud de desarollarse, de compartir, de crear. Esta actividad es un homenaje a todo ello. Cada vez se nos incorpora más gente menuda y ya lo viven con el respeto que merecen quienes reciben este reconocimiento; esa incorporación es el mejor homenaje, porque significa que estamos transimitiendo a nuestros sucedores los valores culturales que nos definen, les estamos marcando un rumbo, quizá esa es nuestra principal misión como padres y madres, guiarles hasta que puedan alumbrarse con su propia luz.


En Santiago del Teide, el 30 de octubre de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza

Poema a las mieles de Canarias

Ahondar en las mieles de Canarias es como viajar a un universo de sensaciones. Así, se confunden el sabor de lo añejo con la brisa de los barrancos, o el roce de la lluvia acariciando pétalos multicolores.

El color coñac nos embruja con una fuga hacia las bodegas de ancestrales olores y tapices de telarañas viejas y nuevas,…, silenciosas.

Evocan las mieles el murmullo de tiempos infantiles, los del preciado tesoro dormido en alacenas idolatradas, sencillos cofres de generosidad y dulzura.

Las mieles de Canarias son sólo los brillos de un grandioso tapiz donde cada punto, cada grano de color es un homenaje a la vida. Millones, incontables viajes de amor llegar y vuelven, giran, revolotean en un tiempo incesante.

Las abejas dibujan el gesto más generoso del universo, el que hace renacer la flor más diminuta, el que nace del néctar de vegetales madres y crece en manos sabias humanas, laboriosas.

Juan Antonio Jorge Peraza


IX Feria de La Almendra "La Gran Majada", en Aripe (Guía de Isora)



Feria de repostería de la almendra del sur de Tenerife. Asisten los reposteros y reposteras artesanales del sur de la isla para mostrar y vender sus productos, principalmente relacionados con la almendra. También se escenifican estampas costumbristas relacionadas con las labores agrícolas de la almendra, como el vareado o la majada.

Existen problemas de aparcamiento en el núcleo de Aripe, ...por lo que se recomienda el acceso desde Guía de Isora casco mediante taxi o a pie, existiendo una distancia de aproximadamente 2 kilómetros en pendiente de dificultad media. El sábado, a partir de las 10 :00 en el Auditorio Municipal de Guía de Isora, hay una charla sobre la « Recuperación de la almendra en el Suroeste de Tenerife », a cargo de D. Juan Miguel Saavedra y a las 11 :00 hay una mesa redonda sobre el futuro del cultivo de la almendra.

Fecha de realización: domingo 23 de octubre de 2011, de 10:00 a 17:30 horas
Plaza de San Pedro. Aripe. (Guía de Isora)



Teléfonos de contacto:
Ayuntamiento de Guía de Isora (922850100) y 00 800 100 101 00 Call Center. Turismo de Tenerife



Organiza: Asociación Agrícola Los Poleos, Ayuntamiento de Guía de Isora, AA.VV Aripe y Turismo de Tenerife
Colaboran: Area de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, Ayuntamientos de Vilaflor, Adeje y Santiago del Tedie, Bodegas Bilma, COAGISORA, Tenerife Rural y Cit Sur

Taxis: ADEJE 922714462. GUÍA DE ISORA 922747511. SANTIAGO DEL TEIDE 922861627. ARONA 922791364


podcast de Radio Isora:

Recogida de la cochinilla en Buzanada




Vídeos de Amazonas Film (Manuel Mora Morales):



Video de Wahlsten Björn:



Nuestra gente está volviendo a coger la cochinilla. No como hacíamos el año pasado, como una actividad de rescate etnográfico, lo hacen por necesidad. Casi nos dejan sin rengues, los criaderos que se ponen para que la cochinilla se reprodruzca con fuerza. El año pasado desempolvamos los rengues para mostrar cómo se vivía hasta hace no muchos años, desgranando los recursos que el territorio nos daba, aprovechados con orden, en el espacio apropiado, no en cualquier espacio. Recursos que se trataban con mimo, para que durasen. Ya eran pocos recursos para tanta gente. Además, en esta tierra suelen haber pocos dueños y muchos asalariados, por lo que simplemente, era duro vivir.

Espero que no tengamos que salir a buscarlos de nuevo fuera del terruño isleño. Y sé que lo que hay, en bruto, no nos sirve para que todos vivamos. Hay que revalorizar, transformar. Hemos tenido algunos años para formarnos, para viajar, para aprender de otros errores y para pensar relajadamente en los nuestros. Ahora es el momento de ver si lo hemos aprovechado, de ver si somos capaces de aprovechar el territorio como lo hacían nuestros antepasados: en lo abrupto para vivir, el llano para trabajar, el mar para crecer como seres sensibles y libres, como son los hijos e hijas del océano.

La sensación que a veces produce el habitar en una isla se suele ver recompensada por una audaz imaginación, a ver si la agudizamos para que este espacio pueda ser el hogar que queríamos para quienes nos sucedan. La Recogida de la Cochinilla es un homenaje a todos, a los que la trabajaron y ya no están, a los que han vuelto a ella para poder vivir cada día, para los que recogimos cochinilla ese día y para los que nos acompañaron con su pensamiento. Un abrazo.



en Buzanada, el 3 de octubre de 2011


Juan Antonio Jorge Peraza

Recogida de la almendra en Vilaflor



El sábado 24 de septiembre nos reunimos en Vilafor para "apañar" almendras, luego las venderemos en la Feria de la Almendra, en Guía de Isora, el 23 de octubre, y el dinero que se recaude será para un hospital que fundó el Hemano Pedro en Guatemala, para los amigos de fuera de Canarias, un cabrero del sur de la isla que dedicó su vifda a ayudar a la gente pobre de ese país. Apostamos por la solidaridad y a pasamos un día genial en la naturaleza chasnera con su buena gente. Hubo algunos caballos para disfrute de los chicos y de los no tan chicos.

V Encuentro de Siega Tradicional en Icod el Alto




El domingo día 7 de agosto se celebró una nueva edición de la Siega Tradicional en Icod el Alto, Municipio de Los Realejos. Esta actividad surgió del trabajo de desarrollo rural iniciado desde el Cabildo de Tenerife con la intención de premiar a la población de los altos de Tenerife por su trabajo en la conformación del paisaje agrícola de las medianías del norte.

Cultivado sobre todo de cereal, papas o millo, el paisaje agrícola del norte de Tenerife encierra un pasado de mucho esfuerzo que ha derivado en una cultura amplia y muy interesante sobre variedades, modalidades, habilidades y un largo dosier de cualidades en torno al manejo agrícola y ganadero que se ver reflejada en innumerables terrazas y zonas cultivadas que caracterizan al norte tinerfeño como un tapiz vegetal cambiante y peculiar.

En esta nueva edición se mostraron las habilidades de los segadores de Los Realejos, La Laguna, El Tanque, Granadilla y Arico, algunos de los espacios donde todavía quedan personas dedicadas a esta actividad. Es un acto festivo y también demostrativo, no sólo sirve de homenaje a esta actividad ancestral sino que muestra algunas especificidades en torno a la cultura del cereal, como son los aperos de labranza.

Turismo de Tenerife apoya esta actividad en cuanto que las señas de identidad forman parte del reposicionamiento que caracteriza la gestión turística de la Isla, reconocida en su Plan estratégico de Desarrollo Turístico en plena vigencia, donde la revalorización del paisaje antropizado y la cultura local son un elemento imprescindible para fidelizar a los visitantes que arriban a la isla en busca de una experiencia turística auténtica.

En el acto se realizaron exhibiciones de la siega, el amarre del cereal, la carga de los animales, la llegada del avituallamiento, todo ello en el marco inigualable de la Finca las Cuchillas de Icod el Alto.


Imágenes de la actividad:



La trilla tradicional en Arico (2009, 2011)

Rafael me aclaró a mí, “un estudiado” de La Laguna, por qué es necesario mantener las tradiciones cuando me dijo que él plantaba trigo para que sus hijos supieran de dónde venían. Qué expresión más impresionante. Una persona con muy pocos estudios y que te dé la explicación de una labor tradicional que significa paisaje, cultura, identidad, ecología, amistad, gastronomía, familia.

Yo pienso que puedo tener cansados a mis amigos con invitaciones a trillas, siegas y múltiples formas de encuentros con la tierra y puede parecer que estamos atiborrados de esas actividades. Realmente son pocos, para lo que fue en el pasado, muy pocos los encuentros con la cultura del cereal en esta isla, y parece que estuviesen ahí de toda la vida cuando realmente hace quince o veinte años se estaban extinguiendo. El proceso natural de las labores agrícolas dedicadas al cereal ha ido decayendo en Tenerife a una velocidad atroz, y desde hace una quincena de años ha rejuvenecido gracias en buena parte al rescate etnográfico.

Rafael no trilla para que lo vea nadie, en su trilla no va nadie a sacarse fotos; cuando él planta sabe que nadie va a ir hasta “los terrenos” a ayudarle salvo sus amigos o la familia, pero él lo tiene claro. Quiere que sus hijos crezcan con la modernidad que le corresponde a su tiempo y quiere que no pierdan de vista la forma de vivir que definió a su familia, algo así como una decena de hermanos en plenos altos de Arico. Allí sí eran benditos el trigo o las papas.

Tuvo la suerte de elegir una compañera de viaje que le permite a Rafael dar cabida a su idealismo. Tanto mérito tienen Rafael, Carmelo y Fermín, los tres jóvenes que aún siembran y trillan cereal en la banda sur de Tenerife, como las madres de sus hijos. Curiosamente ninguno vive de esta actividad, pero les ocupa buena parte de su tiempo libre, porque no es sólo sembrar, segar, acercar la parva a la era, trillar o aventar, también es el cuidado de los animales (según ellos, “los bichos comen todos los días”), es el estiércol en volandas para alimentar la tierra…

No sé hasta cuándo aguantarán, no sé si será más fuerte el empuje de la globalización sobre los niños, o la ilusión de tener unas vacaciones como las de de otros compañeros de estudios, todo el verano en la playa o pegados a “la pley”. No sé cuándo se cansarán sus parejas de escuchar al regreso del trabajo: “me voy a dar vuelta al ganado” o a buscar un apero que se rompió el año pasado y que tiene que estar listo para la trilla. No sé qué pasará cuando los muchachos ya estén “en edad de merecer”, si sus parejas asumirán el idealismo de Rafael.

Todo esto que pasa por mi magín cuando estos “ilusos” y extraordinarios amantes de la tierra me avisan para que les acompañe a “sus trillas”, es por lo que no dejo de ir como sea, ellos saben que los "estudiados" de la capital no vamos a ayudar, sólo quieren que vayas, que les acompañes un rato, invitarte a un vaso de vino, que les veas volar sobre el trillo de las bestias en un viaje que se hace inmenso en su mundo. Es el viaje que emprendieron hace muchos años, desde que nacieron y en el que viajan día tras día por la ilusión de que sus hijos vean de dónde vienen y para que dibujen su futuro con la armonía y coherencia que sólo da el apego a la naturaleza.



en El Bueno, 1 de agosto de 2009
Juan Antonio Jorge Peraza




Imágenes de la trilla en "El Contador" (julio de 2011):



Un espacio sin tiempo: Teno

Todavía los riscos parecen repetir los ecos de una cultura enigmática e idolatrada, el mundo guanche, que penetró en las cuevas, en los volcanes mudos y en los corazones de los canarios que llegaron después. Otros llanos, otros muchos espacios se rompieron y con ellos parece escindirse su presencia; pero en Teno, en el enigmático Teno, la magia aborigen todavía cimbrea como espigas en un verano desdibujado.

Pero no todo es misterio en este paradisiaco lugar. Paradisiaco es hoy, porque las necesidades básicas de sus pobladores están cubiertas con bastante dignidad. El agobio vino antes, la soledad no siempre deseada, la amargura de dolores no compartidos, la realidad de sentirse un espacio ausente dentro de una isla. En Teno el aire puede mostrar heridas de otros tiempos, el paisaje puede hablar de mucha rabia contenida, de cansancio antiguo, de mucha labor incesante de natura horadando natura.

Seguro que cada generación vio un Teno diferente, una renovación de juveniles sueños, una visualización de paraísos cercanos cuando el amor atemperaba naufragios, una irrupción en la quietud de los millones de años de escorrentía, porque el ser humano puede crear o negarse, pararse en la dignidad o ser limpio en la osadía.

Las personas de Teno tienen lo normal de cada etapa de lo humano, la inocencia infantil, la juventud díscola y limpia, la templanza o la resignación, pero tiene algo especial, tiene la fuerza que le contagia el alisio casi constante sobre llanuras altas del Teno llano y alto, de los pastos y los riscos. Vienen aladas de la ilusión que sube desde un abismo hasta las crestas más firmes y afiladas. Tienen el sosiego del valle escanciado en la calmada vertiente, vestigio de palmas y volcanes.

Por toda esa energía que se esconde en cada rincón de Teno es posible encontrar siempre nuevos proyectos, valores que vinculan lo ancestral y lo moderno, lo seguro y lo eficaz, la producción local y el visitante. Solo falta encontrar el cauce facilitador de las sinergias, el diapasón que marque la armonía entre la ley y lo necesario.

Es un gran orgullo, para quien se precia de ser dinamizador del mundo rural en Tenerife, el poder encontrar jóvenes que han marcado una línea en su vida donde compaginar el sustento con la tradición, el sueño con el recuerdo. Y así, la restauración de unos puede ser de calidad, elaborada, creativa y cosmopolita, pero puede sustentarse con los tesoros de la huerta cercana, con el sabor ancestral que hiciera excelso un condimento diminuto. Es un orgullo poder encontrar jóvenes que cada día tocan el espacio que llenaran sus antepasados con el arte del pastoreo: vueltas y vueltas de las cabras sobre ancones y pasos, tocando el cielo a un milímetro del vacío, altivas y díscolas sobre los frontones.

Son jóvenes que viven así y son felices, y también vuelan en internet, y como los jóvenes, pueden ser indecisos o rebeldes, pero nunca faltan a su cotidiano encuentro con su sueño, a su compromiso con una forma de vida simple y diferente.

Este hallazgo podría repetirse en cualquier lugar de la isla, pero quizá en Teno tenga otra relevancia, porque aquí es difícil superar las adversidades, y superarse, es para ellos es una meta y es tangible. Teno está lejos de casi todo lo que suele ser necesario, pero quizá por eso sea una tierra capaz de crear seres especiales, gente abnegada y necesaria, seres de cristal que nos muestran la magia que nos va faltando.

Ecos del magín que dedico a los amigos del Patamero, al joven cabrero Alexander y a Pierre Myrand, un gran museólogo que “se enamoró de la antesala de su paraíso, Teno”.
En Teno, el 13 de julio de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza

Carboneras en Vilaflor, 2011

El pasado fin de semana se desarrolló la VII edición de la Muestra Gastronómica de Vilaflor de Chasna y la escenificación de las “fogueras” (elaboración de carbón vegetal de forma tradicional). Por séptimo año se realiza la Muestra gastronómica local dedicada a la papa blanca en Vilaflor de Chasna, este año con la variable añadida de la salud como tema complementario. Consistió en la elaboración de alguna receta gastronómica elaborada parcial o talmente con papa local que permanecerá en los menús de los restaurantes de este municipio adheridos a la muestra desde el 11 al 24 de julio. El domingo día 17 a las 12:00 se desarrolló el acto central de la Muestra con la concurrencia de todos los platos elaborados en el albergue Municipal El Salguero por Juan Carlos González, que fueron degustados por el público asistente. Ese día se abrió la carbonera y a lo largo de esos días previos hubo charlas, juegos infantiles, diversos talleres y actividades de interpretación del patrimonio, con especial relevancia los cuentos relatados por Kike Savoie y la observación de las estrellas y la luna gracias a la excelente interpretación de Juan Vicente Ledesma (Teide Astro).

Gracias a la gente de Vilaflor y a quienes se acercaron a compartir esta entrañable actividad. Gracias a toda la gente que ha publicado fotografías, a quienes realizaron y a quienes disfrutaron de los talleres, a los compañeros de vigilia, a la gente que cocinó para la muestra, a los que nos dejaron este hermoso legado...

Un abrazo

En Vilaflor, el 17 de julio de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza


Imágenes de la carbonera:



Imágenes de la Muestra Gastronómica:

Sosiego y fuga, en Tenerife

La Isla es un continuo crepitar de espuma y aire. Es un arraigo de amaneceres: dorados con la tarde, verdes en el milagro de la flora, radiantes en la esperanza de cada pueblo en su arribo.

Destellos de misterio nacen desde la penumbra de la aborigen morada, pétrea y silenciosa, escaramuza de la hidalguía que vistieran barrancos, vegas o peñascos. Desde la isla brotan ecos multicolores de andanzas lusas, normandas o castellanas. Cimbrean venas de norte antiguo, se yerguen sones de frugal cadencia, de ritmo veloz y joven, americanos sones de acento limpio y latino.

Esa es la isla de las nieves y los desiertos, una piel diversa, volcánica y lánguida, crepuscular y amante, terruño prieto de sentidos que viajan al alma, con sus paseos te besa, con el alisio te abraza y en un atardecer cualquiera ya te cautiva en su lava.

Tenerife, espacio de sauzales, lagunas y jarales, de furnias, de valles de luz, de otras islas pequeñas, bajas e irreverentes hacia la vertical angostura.

Viajar en la Isla es la desazón de la cordura. En ella juegan tabaibal y laurisilva, palmeral y pinares, arrorrós y folías.

Cuando se aquieta el día y el sol se fuga lentamente, la fuerza de lo diverso misteriosamente se disfraza, parece adentrarse en los bucios a bailar y el aire queda en silencio.

Después de perderse en el bullicio multicolor del día, la tarde es suave y mágica en Tenerife, quizá ese sea el mejor tiempo y rincón para encontrarse.

Sobre el Océano Atlántico, el 26 de junio de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza

Topito y Pablo

Les anexo un cuento infantil, con el que hemos homenajeado a Pablo García, un maravilloso ser que se dedicó a recuperar topónimos y mostrárselos a quienes tenían el privilegio de su cercanía. Me ha ayudado en su redacción mi chiquilla, Isabel, con sus dibujos que saben a la fragancia que solo genera la niñez, Topito y Pablo. Aviso a navegantes osados: en Fasnia no hay topos, tampoco los topos hablan. Un fuerte abrazo





(Para Pablo García, que siempre nos estará guiando con sus topónimos)

Érase una vez el camino, una fuente, una caldera, que no es la esposa del caldero, ni su novio, ni su hermano. Es la caldera.

Érase una vez el camino, una fuente, una caldera, que reunidos en la caldera, hablaban con los pájaros sobre una historia que alguna vez dejó una lechuza en el aire de la caldera, que ya habíamos dicho que no era la esposa del caldero, ni su novio, ni su hermano. La caldera era donde vivían el camino, una fuente y los pájaros. En ella vivía mucha gente, muchísima; vivían árboles, caracoles, luciérnagas, lombrices...

Pero en esta historia que vamos a contar sólo estaban los tres amigos que nombrábamos al principio: el camino, la fuente y la caldera.

Parece ser que hace mucho tiempo, muchísimo. Era muchísimo para las mariposas, porque ellas vivían felices y muy rápido, adornando el campo con sus colores a destellos. Hace tiempo ya, el campo era como lo vemos ahora, con flores, con lechugas, con barrancos llenos de cuevas, de animales pequeñitos y de otros grandes... y había un topo.

¿Un qué?, un trompo, decía la fuente. Que no, que es un soplo, un soplo del aire, un soplo de cuando mi madre me quita las pelusas de la cabeza cuando me meto en la cueva donde hay unas flores blancas con muchos pelitos blancos. ¡Que no!, dijo el camino con mucha energía. Es un topo. Un animalito pequeño, muy ágil, un gran minero. Con sus pezuñas es capaz de hacer kilómetros y kilómetros de túneles. Pasa por debajo de mí como si fuera un tranvía haciendo agujeros, haciendo agujeros.

El topo vivía solo y casi nunca hablaba con otros seres del campo. Yo creo que se sentía feo y por eso se escondía siempre, como ajeno a todo. Hasta que un día haciendo un agujero enorme como una lombriz, con el que pretendía cruzar de lado a lado un barranco, el topo escarbaba y escarbaba y escarbaba, sabía que quedaba poco para llegar a la superficie y aunque le faltaban las fuerzas seguía y seguía hasta que, de repente, vio la luz y pudo respirar con fuerza, con tanta fuerza que aspiró una mosca despistada y estornudó: ¡atchís!

Cuando se recuperó vio una bota, una bota del color de la tierra, con un gusano enorme que hacía curvas y curvas. Y por encima de la bota había otro ser del campo, pero este era enorme, no se parecía a los otros topos, ni a los pájaros, era como un árbol, porque tenía dos ramas y al final de éstas otras ramitas pequeñas.

¡Es un hombre!, dijo el camino, otra vez con mucha energía.

Aaaah, contestaron la fuente y la caldera.

El hombre no se asustó; sin moverse, le dijo al topo muy suavemente: Hola ¿de dónde sales tú?

Su voz era tan suave que el topo no se asustó, siquiera sintiéndose tan feo, la actitud de aquel hombre era tan agradable que no tuvo miedo, ni se enfadó como solía hacer. Era como si lo conociera de toda la vida.

El hombre se presentó: Bueno, tranquilo, yo soy Pablo. Tu salida desde el centro de la tierra es una gran hazaña, eso no lo hacen ni los superhéroes. Se ve, amigo, que eres un gran minero, un valiente minero.

El topo se sintió halagado por los piropos de Pablo y cada vez se iba sintiendo mejor, por fin tenía un amigo. Le preguntó: ¿por qué tienes esos gusanos viajando en tus zapatos? ¿Acaso no saben caminar solos? Pablo le contestó: no son gusanos, son ligas, se abrazan a mis pies para que no se me caigan las botas.

Aaaah,
dijo el topo, medio avergonzado por tremendo despiste.

Pablo se sentó junto al topo y empezaron a hablar, hablar, y hablar. Cada uno decía algo de lo que tenían alrededor y el topo, que antes siempre hablaba mal de todo, poco a poco fue reconociendo cosas hermosas de lo que tenía delante, contagiado por Pablo, que veía todo bonito, aunque solo fueran piedras, o un árbol caído, o una caldera, que ya dijimos que no era la esposa del caldero, ni… ¡Ya!, ya sabemos lo que no es. Pero ¿qué es? ¿por qué se llama caldera?

Pablo y Topito nos lo van a contar enseguida.

En ese encuentro feliz de Pablo y Topito, Pablo le contó a Topito cómo todo en la naturaleza tenía una misión, cómo unos animalitos alimentaban a otros, cómo las abejas comen de las flores y las flores comen de unos bichitos pequeñitos, pequeñísimos, que viven por debajo del suelo. Y le comentaba cómo las flores alimentan al aire, y gracias al aire viven las lombrices, y los pájaros, y los topos, y hasta los niños.

Pero no todo era alegría en Pablo, porque estaba perdido, aunque era tan buena persona que era incapaz de decírselo al topo, por no disgustarlo. Caminaban juntos mientras hablaban, y Pablo miraba para todos lados, como buscando algo… ¿Qué sería?

Siguieron hablando y hablando hasta que casi se hizo de noche y el topo ya estaba pensando hacerse un agujero, y ¡súpita!, a dormir, pero ¿y Pablo? ¿Dónde dormiría Pablo? Porque era muy grande para dormir en uno de los agujeros que hacía Topo, creo que su barriga era de la talla grande.

Fue cuando Topito encontró su misión en la vida, le indicó: Pablo, ¿por qué no duermes tú en la Cueva del Refugio?

Genial,
dijo Pablo, eso es lo que estaba buscando, un sitio para dormir. Yo vine a explorar este campo para hacer felices a los niños de mi pueblo, para que pudieran venir a disfrutarlo como lo haces tú, o los conejos salvajes, o los cernícalos, para que no se pierdan, pero no conozco los nombres de los sitios.

Topo nunca se había sentido tan feliz, quizá no lo había sido nunca.

Buenos días, buenos días, se dijeron Pablo y Topito a la mañana siguiente. ¡Qué sueño! dijo Topito, mientras se estiraba y se quitaba la tierra de las orejas.

Y mientras se preparaban para desayunar y quizá luego despedirse, Topito hizo una propuesta: Pablo, yo quiero ayudarte a buscar los nombres de los lugares, para que luego puedan venir los niños de tu pueblo a visitarme, para que los pinos no estén tan solos, siempre callados, solos, parece que están esperando a que vengan a jugar a su alrededor.

Qué bonito,
decía la caldera, tiene forma de caldero, con paredes que no se terminan nunca aunque des millones de vueltas alrededor.

Y el camino terminó la historia casi llorando, porque él mismo sintió pasar a Pablo y a su amigo minero muchas veces, de un lado a otro de sus hombros, buscando nombres a los que llamó topónimos ¡Qué raro! ¡Qué parecido con el nombre de su amigo!
Eran los nombres que hoy los niños del pueblo de Fasnia y de todo el mundo conocen y que son como luces, para no perderse.

Y agradecidos porque ya el camino, la fuente y la caldera tenían sus propios nombres se despidieron para seguir cumpliendo su función en la naturaleza, ahora más satisfechos porque vieron que cada uno tenía su propia gran importancia.

Y, como dirían los duendes del país de la fantasía, ¡colorín colorado, este cuento se ha acabado!













La Zarza, a 2 de abril de 2011
Texto: Juan Antonio Jorge Peraza
Ilustraciones: Isabel Jorge Martín (8 años)

VI Ruta de la Miel en El Bueno, Arico

Ya no me acuerdo cuando fue la primera Ruta de la Miel, en Arico, creo que fue hace cinco años, más o menos. Pero sí recuerdo bien cómo empezó, con la ilusión de los apicultores de las tierras altas del Sur por mostrar su tesoro apícola. Su tesoro no es la miel, que es buenísima, es una forma de ser.

La miel figura en el escudo heráldico del Municipio y ya, desde los primeros repartimientos de tierra a los conquistadores, el territorio tenía valor por la diversidad y frondosidad vegetal que define a este paisaje sureño. Lo que descubrimos al iniciar la Ruta de la Miel no era eso, la miel, sino una forma de ser excepcional donde la amistad es la relación más importante entre las personas, quizá sea lo más real de cuanto nos llevemos los mortales de este fugaz paso por la existencia. Disfrutarla es una satisfacción que no tiene precio, y ese es un don de la gente de El Bueno, de La Zarza, de la de todos los barrios de los altos de ese Sur profundo, como diría Fernando Sabaté, ese Sur por el que no pasó el desarrollismo loco que crispó la fragancia de buena parte de la Isla. Es una actitud que ayudó a sus pobladores a seguir luchando por su espacio, su historia, sus raíces.

Es uno de los pocos sitios que conozco donde alguien mantiene una trilla de cereal tradicional y es capaz de decirte que lo hace para que sus hijos sepan de donde vienen. Qué alarde de generosidad, que implica tiempo, esfuerzo, dinero, aquel por el que tanta gente lucha para salvaguardarlo y del que Rafael y su gente de El Bueno se desentienden para cumplir con su figura en la transmisión de los conocimientos que sus padres le entregaron.

El próximo domingo día 8 se realiza esta ruta temática para conocer los secretos y curiosidades de la miel, de la mano de Manolo y otros amigos y amigas de Arico, un lujo que valoran quienes han podido disfrutarlo en otras ocasiones. Anímense. El número de teléfono para solicitar información e inscribirse gratuitamente es el 922768177, del Ayuntamiento de Arico.



En Taucho, el 1 de mayo de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza