III Ruta de la Miel (El Bueno, Arico)

Mes de abejas y mieles en Arico

El mes de mayo ha sido el elegido por el Ayuntamiento de Villa de Arico y La Asociación de Apicultores Cumbres del Sur para realizar la tercera edición de la Ruta de la Miel. No es casualidad el haber elegido esta fecha porque es el mes de las flores. Es el momento de máximo esplendor del mundo vegetal, cuando cada planta, cada flor, tiene entidad propia; es cuando se muestra con mas brillantez el momento culminante de la floración.

El mundo de la miel y el de las abejas, con sus particularidades gastronómicas, terapéuticas o su vinculación a las labores agrícolas, se está viendo reflejado en el programa de actos que, en colaboración con el Cabildo de Tenerife, a través de su Área de Agricultura y Desarrollo Rural y de Casa de la Miel, estas entidades ariqueras, están llevando a cabo en el Municipio de Villa de Arico para el mes de mayo.

Después de dos ediciones de notable aceptación entre los participantes, este año la Ruta de la Miel se complementa con una charla impartida por el reconocido experto apicultor Don Francisco González Ortega, un palmero que ha hecho del mundo de la miel una forma de vida. Esta actitud de entrega al sector apícola parece reverenciarse directamente en la armonía que las abejas se encargan de establecer dentro del mundo vegetal. De una manera callada, perseverante, tenaz, la función que realizan las abejas es la esencia del ciclo vegetativo de las plantas, una función que además tiene una expresión agradable y nutritiva como es la que representa la dulzura y diversidad organoléptica de la miel.

El entorno natural del Municipio de Villa de Arico, desde la costa hasta la zona de cumbres, conserva un espacio de plantas de gran diversidad y cantidad, por lo que ha sido elegido históricamente por muchos apicultores de la Isla de Tenerife para el asiento de sus colmenas.

De manera anecdótica, pero haciendo homenaje a esta realidad, la colmena figura en el escudo heráldico del Municipio como un bastión. Detrás de ese símbolo existe una realidad amplia, bien definida y sobre todo limpia, conservándose numerosas zonas no alteradas por la actividad humana. Esto ha propiciado el que a los pinares se unan extensas manifestaciones de malpicas, escobones, barrilla, tabaiba, cerraja, flores de múltiples colores y aromas. Esta es la base del mundo de la miel en Arico, la amplitud y la diversidad, connotaciones difíciles de encontrar en la limitada territorialidad de las islas.

El lugar elegido, como en anteriores ocasiones ha sido La Sorpresa, un lugar idílico al que se llega después de dos horas de caminata a partir del punto de inicio, la plaza de San Pancracio, en el núcleo de El Bueno. El paso por la Finca del Helecho, una infraestructura del Cabildo Insular perfectamente adaptada a la singularidad de la zona, destinada a actividades de educación ambiental y de mantenimiento de determinadas razas animales autóctonas, lleva a disfrutar de rincones entrañables como la Fuente del Helecho, que abasteció de agua a los pobladores de la zona o transeúntes en tiempos de constante trabajo y comunicación entre las personas y el entorno forestal.

Otro hito reseñable en el itinerario realizado es La Morra Ramos, un enclave agrícola rodeado de pinar donde una afloración de pumita llevó porosidad y frescura al suelo de la zona, propiciando por ello el desarrollo agrícola que ayudó a la población local en tiempos de austeridad y carencias. Este dato está en la mente de los habitantes de El Bueno, que hacen referencia a La Morra Ramos como un vergel para la supervivencia humana. Este tipo de afloramientos pumíticos en zonas de suelos no tan fértiles han creado toda una mitología existencial para los canarios y así, sólo en el sur de la Isla, encontramos lugares como Las Fuentes en Guía de Isora, el Cedro en Adeje o la misma Morra Ramos, lugares que han dejado un recuerdo fraternal en nuestros convecinos.

La llegada a La Sorpresa hace honor al topónimo que define a un lugar mágico, un barranco de gran profusión vegetal y es, tras sortear varias curva en el camino, cuando los antiguos “corchos”, en otros tiempos a cientos, adornan el entorno de una manera enigmática y sugerente. Aparentan ser testigos silenciosos de un mundo de trasiegos a la cumbre, de ilusión por las carencias que en otro tiempo ayudaron a colmar, de ajetreo por el bullicio de las reinas, de los zánganos, de las laboriosas hacedoras de la miel.

La cata y una demostración de las labores tradicionales apícolas son el colofón de una jornada siempre memorable para quienes la realizan y la muestra del orgullo y satisfacción de un sector de “colmeneros” que lucen con humilde elegancia sus buenos “haceres”, manejos que tienen que ver con abuelos, con su traslado de colmenas, con camellos, con la única golosina que en los entornos rurales acompañaran a la infancia de muchos canarios.

También se incluye en este mes de miel y abejas en Arico el acercamiento a la modernización, a la adaptación de usos ancestrales a nuevos métodos, buscando la optimización y la rentabilidad en el trabajo. Así, los días 2,3 y 4 de mayo, el Servicio de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, realizará un curso sobre polinización de colmenas para uso hortícola, unas técnicas que pudieran parecer ser nuevo y que se basan en la simple y necesaria relación entre las abejas y el mundo vegetal.

Este tipo de actividades vinculadas ineludiblemente al mundo rural, sirven para mostrar la riqueza de una tierra, la constancia en el trabajo de un pueblo por el mantenimiento de sus tradiciones y la oportunidad de acercar a la población de otras zonas a lugares donde todavía brilla la armonía entre las personas y la naturaleza.
En Arico, 11 de Mayo de 2008
Juan Antonio Jorge Peraza