Poeta en la calle

Me viene un tiempo para enajenarme, deshacerme de la prisa y ser tocado por la sombra que cae de los árboles. Vuelvo a ser poeta de las calles, cantor de lo sencillo, portavoz del aire que todo lo toca. Vuelvo a ser relator de sueños, amante de la utopía.

Hoy el tiempo me ha perdonado, pasó de largo, me olvidó, y me siento libre para esconderme en un verso, para ser parte de nada.

Y soy yo, y estoy mejor que antes. No sé cuánto duró el suceso. Si fue una hora fue fugaz, si fue un minuto ¡qué plácido! Sé que fue un hueco sin agobios robado a la inconsciencia, un placer improvisado.

Cómo sentiré el abandonar este escondite donde volví a vivir el lujo de no tocar el tiempo, para intercambiar miradas con las hojas, para ver a la gente y no sentirme transeúnte, para recordar cuando era consciente de que la vida dura el nacimiento de un verso.

(Surgió un poema mientras esperaba a que un montón de manos artesanas fabricasen la inauguración de una despensa maravillosa: el salón de exquisiteces canarias “Artesanos del Almíbar”, de los amigos Agustín y Miguel)
En Santa Cruz de Tenerife, 6 de octubre de 2010
Juan Antonio Jorge Peraza