"Un año más disfrutando de las Tierras de la almendra"
Un año más hemos cerrado el tiempo de las almendras en el suroeste de Tenerife. Las recogimos con personas voluntarias, un club de montaña, varias familias con espíritu deportivo y generoso, el Club Samara-Isora. Sin darnos cuenta hemos encontrado otra actividad complementaria al senderismo: la solidaridad. Me encantaría que quedase en la imaginación sobre todo de los niños que nos acompañaron.
Esa actividad, la de coger las almendras, era la costumbre en un pueblo que se aleja cada vez más de su forma de ser. Todo está tan cerca, el ocio, la diversión, el trabajo o la apatía por la falta del mismo...
Conozco varias familias que, ante la falta de trabajo remunerado, vuelve a sus costumbres, a encontrarse con el espíritu colectivo que pudiera definir a su familia.
Menos mal que los almendros son fuertes, aunque flaquean cada año un poquito porque nadie los utiliza. Siguen firmes, viendo llegar el viento de otoño para desangrarse, tocar fondo, para renacer en enero con la misma templanza, con el estrépito sencillo de sus flores blancas y rosadas. No se hasta cuando permanecerán ahí, recordándonos otros tiempos en los que una almendra valía un tesoro, en los que la humanidad también se unía al esplendor de enero y a la prosperidad del verano.
De momento, seguiremos trabajando, dinamizando, encontrándonos con nuestras raíces atlánticas y volcánicas.
Octubre de 2014