Carboneras en Vilaflor, 2011

El pasado fin de semana se desarrolló la VII edición de la Muestra Gastronómica de Vilaflor de Chasna y la escenificación de las “fogueras” (elaboración de carbón vegetal de forma tradicional). Por séptimo año se realiza la Muestra gastronómica local dedicada a la papa blanca en Vilaflor de Chasna, este año con la variable añadida de la salud como tema complementario. Consistió en la elaboración de alguna receta gastronómica elaborada parcial o talmente con papa local que permanecerá en los menús de los restaurantes de este municipio adheridos a la muestra desde el 11 al 24 de julio. El domingo día 17 a las 12:00 se desarrolló el acto central de la Muestra con la concurrencia de todos los platos elaborados en el albergue Municipal El Salguero por Juan Carlos González, que fueron degustados por el público asistente. Ese día se abrió la carbonera y a lo largo de esos días previos hubo charlas, juegos infantiles, diversos talleres y actividades de interpretación del patrimonio, con especial relevancia los cuentos relatados por Kike Savoie y la observación de las estrellas y la luna gracias a la excelente interpretación de Juan Vicente Ledesma (Teide Astro).

Gracias a la gente de Vilaflor y a quienes se acercaron a compartir esta entrañable actividad. Gracias a toda la gente que ha publicado fotografías, a quienes realizaron y a quienes disfrutaron de los talleres, a los compañeros de vigilia, a la gente que cocinó para la muestra, a los que nos dejaron este hermoso legado...

Un abrazo

En Vilaflor, el 17 de julio de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza


Imágenes de la carbonera:



Imágenes de la Muestra Gastronómica:

Sosiego y fuga, en Tenerife

La Isla es un continuo crepitar de espuma y aire. Es un arraigo de amaneceres: dorados con la tarde, verdes en el milagro de la flora, radiantes en la esperanza de cada pueblo en su arribo.

Destellos de misterio nacen desde la penumbra de la aborigen morada, pétrea y silenciosa, escaramuza de la hidalguía que vistieran barrancos, vegas o peñascos. Desde la isla brotan ecos multicolores de andanzas lusas, normandas o castellanas. Cimbrean venas de norte antiguo, se yerguen sones de frugal cadencia, de ritmo veloz y joven, americanos sones de acento limpio y latino.

Esa es la isla de las nieves y los desiertos, una piel diversa, volcánica y lánguida, crepuscular y amante, terruño prieto de sentidos que viajan al alma, con sus paseos te besa, con el alisio te abraza y en un atardecer cualquiera ya te cautiva en su lava.

Tenerife, espacio de sauzales, lagunas y jarales, de furnias, de valles de luz, de otras islas pequeñas, bajas e irreverentes hacia la vertical angostura.

Viajar en la Isla es la desazón de la cordura. En ella juegan tabaibal y laurisilva, palmeral y pinares, arrorrós y folías.

Cuando se aquieta el día y el sol se fuga lentamente, la fuerza de lo diverso misteriosamente se disfraza, parece adentrarse en los bucios a bailar y el aire queda en silencio.

Después de perderse en el bullicio multicolor del día, la tarde es suave y mágica en Tenerife, quizá ese sea el mejor tiempo y rincón para encontrarse.

Sobre el Océano Atlántico, el 26 de junio de 2011
Juan Antonio Jorge Peraza