Les hago partícipes de un galardón que se brinda a los valedores del medio rural de Tenerife, por lo que a ustedes les toca de lleno. Los Ayuntamientos de Santiago del Teide y Arico se han empeñado en premiarnos. En esta ocasión es por el trabajo que venimos realizando desde hace unos quince años dándole el valor que se merece a lo que nunca debió de quedar en el olvido de nuestra sociedad. La dignidad, la solidaridad, la constancia, la humildad, la amabilidad, son algunos de los valores de la gente de Canarias; hasta hace unas décadas, de la mayoría. Actualmente se han ido abandonando algunos de esos valores mezclados con el consumismo, el egoismo, la globalidad, el bienestar material, pero también el desconocimiento. Yo creo que no le hemos sabido transmitir a nuestros jóvenes el sentido de la cooperatividad, el de la pertenencia a una comunidad. En este caso es además una comunidad históricamente abierta, decidida, capaz de soportar tributos de sangre, aislamiento, soberbia, la sequedad, la migración...
Cuando empecé a trabajar en el mundo rural ya sabía de la valía de este peculiar trozo de sociedad insular y de ahí que empezáramos a mostrar lo que hay detrás de un paisaje agrícola normalmente agradable, hasta paradisíaco para los urbanitas. La gente que ha seguido creyendo en los valores de la palabra, de la amistad, del respeto o el compromiso, me siguió en esa maravillosa exposición de costumbres, oficios, aperos, habilidades... Y así, al principio sin mucha confianza por parte de mucha gente, fueron llegando La Trilla del Tanque, El Día de las Tradiciones de Chirche, Las Carboneras de Vilaflor, La Siega de Icod el Alto, Las Rutas de Arico, La Majada de las Almendras en Aripe, la Recogida de la Almendra en Vilaflor, los encuentros de caladoras, los encuentros intergeneracionales, los Pasos de la Cumbre.
No los lio.
Cuando este jueves me llamó el Consejero de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, D.José Joaquín Bethencourt, para decirme que me habían concedido el premio Tenerife Rural por la "Promoción y Difusión de los valores del mundo rural de Tenerife", se me vinieron de golpe todas las personas que me han ayudado en esta tarea; algunas ya no están físicamente, pero sí cada día en mi corazón, la familia, mis amigos y por supuesto los Juveniles, esa gran familia de más de 1300 personas de las que presumo conocer personalmente y de que son buena gente. Sin ustedes, esta pequeña revolución del medio rural no se habría producido, sin la asistencia de ustedes a las actividades, sin la difusión que también ustedes hacen hacia otras personas de las "locuras" que con tanto cariño organizamos; sin la maravillosa energía que aportan sólo con ser conscientes de ellas, esto no habría sucedido. Nada, ya me he aflojado, yo me crezco con los problemas, pero con la solidaridad....
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
El premio se entrega en Julio, por si alguien quiere ir. Otro abrazo, que la vida son dos días y los abrazos siempre son pocos.
Cuando empecé a trabajar en el mundo rural ya sabía de la valía de este peculiar trozo de sociedad insular y de ahí que empezáramos a mostrar lo que hay detrás de un paisaje agrícola normalmente agradable, hasta paradisíaco para los urbanitas. La gente que ha seguido creyendo en los valores de la palabra, de la amistad, del respeto o el compromiso, me siguió en esa maravillosa exposición de costumbres, oficios, aperos, habilidades... Y así, al principio sin mucha confianza por parte de mucha gente, fueron llegando La Trilla del Tanque, El Día de las Tradiciones de Chirche, Las Carboneras de Vilaflor, La Siega de Icod el Alto, Las Rutas de Arico, La Majada de las Almendras en Aripe, la Recogida de la Almendra en Vilaflor, los encuentros de caladoras, los encuentros intergeneracionales, los Pasos de la Cumbre.
No los lio.
Cuando este jueves me llamó el Consejero de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, D.José Joaquín Bethencourt, para decirme que me habían concedido el premio Tenerife Rural por la "Promoción y Difusión de los valores del mundo rural de Tenerife", se me vinieron de golpe todas las personas que me han ayudado en esta tarea; algunas ya no están físicamente, pero sí cada día en mi corazón, la familia, mis amigos y por supuesto los Juveniles, esa gran familia de más de 1300 personas de las que presumo conocer personalmente y de que son buena gente. Sin ustedes, esta pequeña revolución del medio rural no se habría producido, sin la asistencia de ustedes a las actividades, sin la difusión que también ustedes hacen hacia otras personas de las "locuras" que con tanto cariño organizamos; sin la maravillosa energía que aportan sólo con ser conscientes de ellas, esto no habría sucedido. Nada, ya me he aflojado, yo me crezco con los problemas, pero con la solidaridad....
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
El premio se entrega en Julio, por si alguien quiere ir. Otro abrazo, que la vida son dos días y los abrazos siempre son pocos.
en Taucho, el 31 de mayo de 2010
Juan Antonio Jorge Peraza