Sin amanecer las sombras. Aun sin el bullicio de los pájaros, la integridad entumecida se revuelve buscando una razón para comenzar de nuevo. El niño, el pan, la angustia, el cielo, la rabia, casi siempre el frio, hiriente en un cuerpo nunca bien abastecido.
Un beso de despedida sobre el universo más querido: la piel de tu piel,
un trozo de tu corazón un ser de tu ser…¡y la fuerza!; la luz que te guía para endulzar
su destino.
Y en ese beso la razón para la lucha, para sortear desgracias, para
esquivar al enemigo, para despojar al cansancio de su avaricia.
Sin amanecer las sombras ya toca apechar con el devenir, pasar la
cumbre de los miedos y de los bardos, de las veredas y las angosturas. Toca
buscar el sustento a quienes te han dado la alegría, por quienes conquistarías
un mundo, a quienes regalarías el mundo.
Tierra seca, volcánica o verde, de calima o de alisio, siempre tierra sobre la que hacer camino. “Cambio
miel por esperanza, cambio papas por
alegría. Cambio trigo por tu sonrisa.” Te propongo un trueque de necesidad por
la solidaridad que necesitamos, por la unión de las fuerzas que necesitamos,
porque la Cumbre se pasa mejor si florece el encuentro.
Juan Antonio Jorge Peraza 27-06-2016