“Caminos rotos enlazando gritos
del alma
nos acercan los brillos de un tiempo ausente.
Heridas perpetuas en un vivir sin
rumbo que no se van,
porque eres tú, somos nosotros.
Y siempre queda el camino.
Para marchar o quedarse, pero
siempre es el espacio
que define los tiempos, las
decisiones.
El amor, el sueño, el apego, la
ausencia.
Los caminos son todo y el
encuentro.
Rotos o plenos, pero siempre
llenos.
Causas para la esencia, recodos
donde guardar silencios, donde
abrigar los corazones
al amparo de los muros, perpetuos
viandantes;
al amparo de las convicciones
los caminos son causa, la pausa
para acrecentar el espíritu.
Son el momento quieto para mirar
la flor,
el desliz hacia la profundidad
donde se escancia el alma.
Sobre caminos rotos cimbrea indeleble
la fusión de las huellas.
Y sólo los lagartos, las
tabaibas,
las piedras te miran fundiéndote en la sorpresa de los
siglos.
Los extraños se cruzan, cada uno
en su tiempo,
cada cual en su inercia vital,
pasajeros de su vida sobre
caminos rotos,
a veces más, o menos rotos, pero
siempre caminos.”
Homenaje
al trabajo de revalorización del Camino Viejo de Candelaria. 30-IV-2013